Muchos sufren nada más de pensar en mejorar sus hábitos de alimentación. Siempre queremos remedios fáciles y rápidos. Desgraciadamente la única forma de lograr un cambio exitoso, es tener una mente abierta y trabajar duro para lograrlo. El resultado a largo plazo vale la pena.

Lo importante es tomar el primer paso, los siguientes pasos vendrán solos si sigues enfocado en lograrlo.

Ten en cuenta que todos somos diferentes y reaccionamos de diferente forma a los cambios. Por eso los cambios deben ser muy personales. No porque a ti te funcionó algo, significa que a otro le funcionará. Lo que si  es que la mayoría de nosotros logramos hacer cambios cuando hacemos cambios lentamente, paso a paso y no de repente.

Estos tres puntos deben tomarse en cuenta. Tú eres el único que sabe bien cuáles son tus debilidades y tus fortalezas.

  • Plantéate uno o dos cambios a la semana, esto pueden llevarte a lograr un cambio sostenible.
  • Identifica los cambios que sabes que son fáciles para ti.
  • Piensa en los momentos o situaciones del día que creas que dificultan que te apegues a una alimentación saludable.

Después de que hayas identificado estos tres puntos, puedes desarrollar un plan de acción y proponerte metas, esto te va a facilitar apegarte a los cambios. Ten en cuenta que las metas siempre deben tener  un plazo y deben de ser realistas. Cuando nos proponemos metas alcanzables y con un plazo límite, podemos lograr un cambio progresivo, disminuyendo así la probabilidad de fracaso o miedo.

Por ejemplo:

En la primera semana tal vez decides reemplazar 5 bebidas azucaradas en tu refrigerador por agua.

En la segunda semana decides bajar el consumo de carne roja, en lugar de comerla cinco veces a la semana, solo la comes tres veces al día. No te olvides de sustituir las mismas porciones de carne por porciones de proteína de origen vegetal como frijoles, lentejas, etc.

Otra semana es llevar tu lunch al trabajo o a la escuela dos veces por semana o todos los días de la semana, así no tendrás tentaciones de comer lo primero que se te ponga enfrente y evitar comer impulsivamente, que es cuando comemos los alimentos más procesados y poco saludables.

Cocinar dos o tres veces a la semana en casa en lugar de salir a comer.

 

Al hacer estos cambios de una manera progresiva, estarás beneficiándote de muchas otras cosas como la de bajar  peso de manera controlada y de mantenerlo es un rango saludable. También, hasta puedes revertir enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y muchas otras más.

Estos cambios de comportamiento son muy importantes tomarlos en serio. Sin embargo, hay veces que no logramos alcanzar las metas propuestas. Cuando esto pasa, tenemos que reflexionar y pensar que fue lo que nos evitó lograrlo. Cuando encuentres los motivos, trata de cambiar esas barreras hasta que logres el cambio. No importa cuanto tiempo te tardes, lo importante es llegar a nuestra meta.

La comida es uno de los placeres de la vida, y mejorar tu salud significa que identifiques los alimentos y tus hábitos alimenticios que te satisfagan y protejan tu salud a largo plazo.

 

Veggisima

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